domingo, 8 de mayo de 2011

Sakuran (Manga)

   Hola de nuevo ¿Cómo están? Espero que bien. Entre tanto que hacer en mi vida encontré el otro día un ratito para leer un poco. Escogí, obviamente, uno de mis pasatiempos favoritos, el cómic manga y me topé con un título que me llamó muchísimo la atención: Sakuran. Se trata de la historia de una chica dentro de un prostíbulo en algún momento del periodo Edo. Si estás interesado en leer por ti mismo te dejo la dirección para que te descargues los capítulos y te recomiendo que no sigas leyendo. http://www.mcanime.net/descarga_directa/manga/detalle/ddmusakuran_1313/48953
Oiran
   Con un único tomo de 13 capítulos se presenta como una lectura fácil y rápida. Pero no es así en realidad, para una persona como yo, la cual, considero, que conozco un poco lo que es la cultura japonesa, puedo llegar a entender muchas cosas que ya el manga da por hecho que el lector las sobreentiende y por eso no las explica. Pero puedo apostar con seguridad que, una persona cualquiera que solo quiera leer el cómic para pasar el rato, no le va a encontrar sentido ninguno a lo que está leyendo.
   En primer lugar aclarar que la historia, como ya mencioné antes, se desarrolla en Yoshiwara. Para el que no lo sepa se trata de uno de los “Distritos Rojos” de Edo, lo que ahora es Tokio, considerado un barrio de prostitución completamente legal en aquella época. Las mujeres que trabajaban allí como prostitutas se clasificaban por clases sociales y las de más categoría eran las Oiran o Tayu, consideradas cortesanas a las cuales se las respetaba muchísimo, no sólo vendían su cuerpo, además debían de saber cantar, tocar un instrumento, bailar y tener conocimientos de la ceremonia del té además de una buena conversación y tener infinidad de recursos para entretener a sus invitados, todos ellos hombres.
Geisha
    Hay mucha gente que confunde las Geisha y las Oiran y creen que son lo mismo. Sin embargo no es así, para nada. Es cierto que comparten algunas similitudes, pero decir que también tienen una gran cantidad de diferencias. Por resumir un poco mencionar que las Geisha no vendían su cuerpo como lo hacían las Oiran, sólo entretenían, vendía su “arte”. El vestuario y el peinado es muy diferente también. Las Oiran visten con colores más llamativos y el obi (la faja ancha con la que se sujetan el kimono) lo tienen amarrado por delante en un elaborado lazo, mientras que una Geisha usa colores más sobrios con el obi atado a la espalda en un discreto nudo. El peinado de una Oiran es recargado y lleno de adornos, cuantos más adornos y más grande es el peinado, mayor es el rango. La Geisha lleva un par de adornos en el pelo y su peinado es muy discreto.
   Dicho lo cual nos encontramos ante una prostituta auténtica. En el primer capítulo (que podría considerarse el último) descubrimos, como nuestra protagonista Kyoha, se convierte de buenas a primeras en la Oiran de su prostíbulo, contra su propio deseo. ¿Cómo ha llegado a esta situación? A partir del segundo capítulo podemos leer como desde niña fue vendida y entrenada como aprendiz de prostituta (kamuro).
   Se retrata bastante bien el mundo de celos, engaños y chismes que envuelven al Distrito Rojo. Un mundo perfecto, en la que sus habitantes son esclavas y prisioneras de un destino que ni siquiera han elegido. Kyoha tiene un espíritu intrépido y es inteligente, poco a poco, con sus maneras rebeldes y a base de muchos castigos va aprendiendo las mejores estrategias para derribar a sus rivales. Y lo consigue. Pero no sin antes pasar por la experiencia que toda prostituta tiene prohibido: enamorarse.
   Aparece de pronto, como por arte de magia, el hombre que hace suspirar a Kyoha de verdad, el joven Soujirou, tanto es así que nuestra protagonista rechaza a un gran daimyo (señor feudal) por estar con él. El daimyo los sorprende juntos y Soujirou huye del aprieto dejando sola a la chica cargando con la vergüenza y los castigos a los que la someten. Pero Kyoha no se da por vencida y logra huir del Distrito Rojo disfrazada de campesino, en busca de su amado. Cuando por fin lo encuentra, se da cuenta de que el amor de Soujirou no es sino una mentira más dentro del mundo de los burdeles. Regresa a Yoshiwara donde es nuevamente castigada, pero ha aprendido una valiosa lección: no existe el amor para las prostitutas.
   En mi opinión, Kyoha es muy lista y al final logra la meta de toda prostituta recluida en Yoshiwara que es salir de su cárcel. Lo que pasa que esto no se cuenta en la historia, pero creo que lo consiguió. La única manera de salir de la prostitución en aquella época era teniendo la suerte de que alguien muy rico, como un daimyo, pagara tu deuda con el burdel y se casara contigo. Cosa que logró la mentora de Kyoha cuando ella no era más que una niña. Estoy segura de que salió de allí tras haber aprendido su importante lección.
Portada del manga Sakuran con Kyoha ataviada como una Oiran.
   El cómic fue adaptado a película en 2007 dirigida por Mika Ninagawa. No he tenido la oportunidad de verla aún, pero tengo muchas ganas, para poder compararla con el cómic y con Memorias de una Geisha. Por lo que he visto en trailers y demás es una cinta con colores muy llamativos y una mirada bastante moderna al periodo Edo.
   Les recomiendo la lectura del cómic y ver la peli, si pueden. Es una manera más de conocer un poco la cultura japonesa en algo que marcó tanto al país como la prostitución, que llegó a ser un gran negocio y era perfectamente legal. Es más, las Oiran eran muy bien consideradas y nadie las despreciaba por su oficio, eran admiradas, tanto por hombres como por mujeres. Era otra forma de vida.

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