Higashi no Eden

   Muy buenas ¿Qué tal? ¿Cómo les han ido las vacaciones? Ha sido un verano inestable si hablamos del tiempo: lluvias, poco sol, etc. Las estaciones ya no son lo que eran. El cambio climático se hace más patente. Estoy segura que el tiempo no empezará a refrescar hasta finales de noviembre, por lo menos en donde vivo. Dejando de lado mis predicciones meteorológicas voy a hablar hoy de un anime: Higashi no Eden. Advertencia: si no has visto la serie no leas más porque te voy a arruinar el argumento.

   Higashi no Eden o su título en inglés Enden of the East es una serie anime de lo más peculiar, tal vez fue concebida como una especie de proyecto innovador, tanto por su formato como por su historia. Se tratan de 11 capítulos (un número poco habitual para una serie) y 3 películas (una de ellas es un recopilatorio de la serie) que acaban por desarrollar la historia hasta su desenlace.

   El opening me gustó mucho, imágenes que se mezclaban con tipografía que nos intenta revelar un mensaje oculto y una música que te pone en situación. No me pude creer que fuera el tema Falling Down del mítico grupo Oasis. Sin duda una gran elección para la serie.

   El diseño de personajes puede resultar familiar, pues Chika Umino es la responsable, conocida por sus obras Honey&Clover y Nodame Cantabile. He de ser sincera, pero Akira Takizawa, el personaje masculino, se me parece bastante a Morita de Honey&Clover, no sólo porque llevan casi el mismo corte y color de pelo, sino por su carácter excéntrico y alocado.

   El desarrollo de los capítulos iba a una velocidad continua, tanto es así, que el primer capítulo se me pasó volando, y muchos otros. Cuando sonaba el ending  no podía creer que ya hubieran pasado 20 minutos. En muchos momentos pude sentir la excitación de Saki Morimi, nuestra chica, al encontrarse con un desconocido, Akira, con el cual se involucra y que está lleno de misterios. Ese sentimiento de adentrarse en lo desconocido, escapar de la aburrida rutina y hacer algo diferente saltándote las normas de la mano de un tío atractivo e interesante llama mucho la atención.

   Sin embargo, viendo las películas sentí que el ritmo decrecía bastante, llegaba momentos en que me parecía que la historia no avanzaba nada, a parte de que esperaba que los largometrajes despejaran todas las incógnitas que se habían creado en la serie. Y sí, algunas se resolvieron, pero no acabé de entender realmente el sentido de la historia.

   El argumento es bastante original, a eso no le quito mérito, pero, tal vez no supieron desarrollarlo y terminarlo de una manera más… ¿brillante? No sé, es mi opinión. Estamos ante un juego con 12 jugadores llamados seleçao. Cada uno de ellos tiene un teléfono móvil muy misterioso, marca noblesse oblige, que contiene 10 billones de yenes en dinero virtual el cual pueden usar para lo que quieran, pero las acciones que realicen tiene que estar enfocadas a salvar la nación, en este caso Japón. Uno de los jugadores es además el soporte, es decir, el que supervisa las acciones del resto de los seleçao. Muchos creían que el soporte era el jugador nº IX, que es nuestro Akira, pero él descubre que en realidad es el nº XII, que además es el creador del juego, cuyo pseudónimo es Mr. Outside (juego de palabras de su verdadero nombre, Ato Saizo).

Akira toma una foto con Saki en su movil marca noblesse oblige.

   A parte de tener un teléfono con una fortuna en él, los jugadores cuentan con la ayuda de Juiz, una voz femenina que atiende sus consultas e incluso sus peticiones, por difíciles o raras que sean. A lo largo de la serie se descubre que Juiz es en realidad una forma de inteligencia artificial muy avanzada y todopoderosa.

   Una de las grandes incógnitas de la serie es el verdadero objetivo del juego. ¿Por qué Ato Saizo inició todo este desmadre de los teléfonos con dinero y los salvadores de la nación? Como bien explican al final de la película Eden of the East the Movie II: Paradise Lost este viejecillo que conduce un taxi es en realidad un importante hombre de negocios que ayudó a reconstruir Japón después de la II Guerra Mundial y que actualmente no puede aguantar como el gobierno está llevando a la ruina nuevamente al país.

   A pesar de descubrir el verdadero motivo del juego de noblesse oblige, me quedé igual que al principio de ver la serie. Es por eso por lo que digo que le faltó alguna chispa más de ingenio para sacarle el máximo partido a la historia, que de hecho es muy buena, pero no me acabó de de convencer. A lo que añado la otra parte importante del argumento, los integrantes de Eden of the East.

   Seis recién graduados universitarios, entre ellos Saki, un poco frikis, crearon durante sus años de estudio un programa de reconocimiento a través de imágenes que está ubicado en un servidor en la red al cual se puede acceder a través de los teléfonos móviles. El software tuvo mucho éxito de manera underground, hasta que Saki se ve involucrada con Akira y es entonces cuando el programa tiene más éxito y se transforma en una empresa con todas las de la ley.

   Puntos inconexos y que a mi no me revelaron nada: que Akira apareciera desnudo delante de la Casa Blanca y con la memoria borrada, que fuera dueño de un centro comercial, que tuviera una perrita con alas, que Saki fuera en busca de la verdadera madre de Akira, que le borraran la memoria una segunda vez a Akira, el motivo de la desaparición de un montón de frikis mandados en barco hasta Dubai, el incidente del Lunes Negligente… y un largo etcétera.

   Tampoco me quedó muy clara la relación de nuestros dos protagonistas, llega un momento en el que es obvio que Saki siente algo por Akira, pero el muchacho no acaba de definir su postura, más bien parece que la utiliza a ella y al resto de integrantes del Eden of the East para conseguir sus verdaderos objetivos, que muchas otras veces no logro entender que es lo que persigue en cada momento.

   No quiero desanimar con mi opinión a nadie, puede que vean la serie y la entiendan de una manera más clara, por lo que me gustaría compartir otras opiniones. En sí el anime está muy bien, recomiendo que lo vean. Sin mucho más me despido hasta la próxima entrada. Sean felices, “noblesse oblige, por favor sigue siendo nuestro salvador”.