domingo, 11 de diciembre de 2011

Orgullo & Prejuicio

   ¡Muy buenos días a todos! Un año ya desde que hice mi primera entrada en mi blog. Como cambian las cosas en un año, a muchos les parecerá que ha pasado bastante tiempo, a otras personas se les pasa volando. Lo cierto es que si nos paramos a pensar en los acontecimientos que hemos vivido durante el período de un año nos daremos cuenta de que son más de los esperados. Algunos son buenos, otros no tan buenos, pero supongo que con mirada positiva hasta lo más malo puede tener su lado bueno.
   Precisamente hoy voy a hacer una reseña de una película, Orgullo & Prejuicio, que habla de alguna manera de cómo afecta a las personas los diferentes acontecimientos de la vida y, según la actitud de cada cual se pueden tomar de una manera o de otra. Lo que digo siempre, si no has visto la peli, no sigas leyendo.
   La película que nos ocupa en realidad está basada en el libro original escrito por la famosísima inglesa Jane Austen (1775-1817). No he tenido la oportunidad de leer la obra original, a pesar de tenerla a mi alcance, sólo he visto la película hecha en 2005 por el director Joe Wright con Keira Knightley como protagonista principal, por lo tanto mi reseña es de la película, pero no descarto leer algún día el libro y hacer una comparación entre ambos. Porque la historia me gusta mucho.
De izquierda a derecha temenos a las hermanas Bennet: Lydia, Kitty, Elizabeth, Jane y Mary.
   La protagonista es sin duda Elizabeth Bennet, la segunda de cinco hermanas de una familia alocada y casi sin modales. Al no haber un hijo varón las muchachas se enfrentan al terrible destino de verse desamparadas cuando su padre muera ya que la casa y demás propiedades las heredará un primo lejano, el Sr. Collins. Por eso, su madre se esmera de manera poco afortunada en buscar un marido rico para ellas, empezando por la mayor, Jane.
   Llegan noticas de que en una villa cercana se va a instalar un caballero bastante rico, el Sr. Bingley, por lo que la gente del campo organiza un baile para darle la bienvenida. Allí se presenta el Sr. Bingley con su altiva hermana y su íntimo amigo el Sr. Darcy, que además es el doble de rico que él.
   Como buena celestina la Sra. Bennet le presenta al Sr. Bingley a sus cinco hijas y el afable caballero se fija en la mayor, Jane. Comienzan a bailar y ante los ojos de los presentes se pone de manifiesto su interés por la joven. Elizabeth, por cortesía, invita a bailar al Sr. Darcy, pero él le responde bruscamente y la rechaza. Elizabeth se da cuenta entonces de la terrible arrogancia que lo caracteriza ya que descubre, por casualidad de que el Sr. Darcy no la encuentra lo suficientemente atractiva como para perder el tiempo con ella.
   Después del baile de bienvenida Jane recibe una invitación a la casa del Sr. Bingley, pero la chica cae enferma con lo que se tiene que quedar en casa de su pretendiente hasta que mejore. Por supuesto, todo este plan es urdido por la Sra. Bennet.
   Elisabeth, preocupada por su hermana, va a casa del Sr. Bingley en donde comprueba que Jane no solo está mejor, sino que ha sido colmada de atenciones por parte del joven señor. La invitan a quedarse un poco más hasta que su hermana se recupere totalmente, lo que le da la oportunidad de relacionarse un poco más con la pedante hermana del Sr. Bingley y con el Sr. Darcy. Oportunidad en la que puede comprobar, una vez más, su altanería y orgullo. Pero nuestra protagonista no es tonta y le contesta de forma inteligente y descarada al Sr. Darcy.
   Recuperada Jane, ambas hermanas vuelven a casa y es entonces cuando se presenta el Sr. Wickham, miembro del ejército, por el que Elizabeth siente cierto interés. Curiosamente el oficial le habla de su relación con el Sr. Darcy y del desprecio que sufrió al privarle de la herencia que le correspondía. Por tercera vez, Elizabeth vuelve a descubrir el orgullo que posee el Sr. Darcy.
   También llega hasta la casa de los Bennet el futuro heredero de las propiedades de la familia, el Sr. Collins, que es un clérigo y un auténtico bufón, por sus exagerados cumplidos y sus aires de grandeza, cuando apenas levanta un metro del suelo. Se fija en Jane, para tomarla como esposa, pero la Sra. Bennet lo disuade, explicándole que la joven ya tiene un pretendiente, pero que su segunda hija, Elisabeth, es igualmente hermosa e inteligente.
   En medio de todo lo ocurrido el Sr. Bingley celebra una fiesta en su mansión a la que por supuesto asiste la familia Bennet al completo, Charlotte, la mejor amiga de Elisabeth, el Sr. Collins, el Sr. Darcy y otros muchos invitados. Allí, la imprudente madre grita a los cuatro vientos que Jane se va a casar con el Sr. Bingley en cualquier momento, mientras que las hermanas menores, con su comportamiento alocado son el hazmerreír del resto de los invitados. Pero a Elizabeth le importa poco eso ya que ella solo busca al Sr. Wickham que, desafortunadamente, no acude al baile.
   Sin embargo, se sorprende al ser abordada por el Sr. Darcy y pedirle éste que le concediera un baile a lo que ella acepta sin apenas pensar en su respuesta. Durante el baile, en el que también participa el Sr. Collins, Elisabeth le reprocha al Sr. Darcy su comportamiento con el Sr. Wickham a la vez que tiene que aguantar las pesadas demostraciones de afecto de su primo.
El Sr. Darcy y Elizabeth durante el baile.
   Tras la fiesta, ya en casa de la familia Bennet, el Sr. Collins pide la mano de Elisabeth, de rodillas y todo, pero la muchacha lo rechaza enérgicamente. Su madre la reprende, sin embargo, su padre (que es el único que parece tener un poco de sentido común) apoya a su hija en su decisión. Es entonces cuando su mejor amiga, Charlotte, le comunica que ella va a ser la esposa de su primo, justificando su decisión por la edad avanzada para casarse (27 años) y las pocas expectativas que le quedan para ello.
   Ante esta noticia que deja a Elisabeth desorientada se une la tristeza de Jane al recibir una carta de la hermana del Sr. Bingley que le comunica que vuelven a Londres. La señora Bennet se enfurece y la joven es expuesta a la humillación de haber sido abandona por su pretendiente. Por lo que es invitada por sus tíos a hacer un viaje con ellos, mientras que Elisabeth se va con su amiga Charlotte a pasar una temporada con ella en su nueva casa.
   Elisabeth acepta, pero, para su desgracia, la vecina de su primo, Lady Catherine (una vieja bruja), los invita con frecuencia en donde coincide nuevamente con el Sr. Darcy, ya que es sobrino de la dama. Por casualidad, se entera de que el Sr. Darcy fue el que persuadió al Sr. Bingley de volver de nuevo a Londres para salvarlo así de una boda poco apropiada con una muchacha de una familia con pocos modales.
   Al darse cuenta de que se trata de su hermana corre bajo la lluvia llorando, pero el Sr. Darcy la encuentra y le pide matrimonio sorprendentemente, a pesar de saber que su familia es de baja condición social y con pocos modales. Ella lo rechaza y le echa en cara el que haya separado a su hermana del Sr. Bingley, exponiéndola a la vergüenza, su nefasto comportamiento con el Sr. Wickham y sus insultos hacia su familia.
   Al día siguiente el Sr. Darcy le entrega una carta en la que le explica de manera sincera todas sus acciones, con lo que la determinación de la joven se ve quebrada por su cabezonería. A partir de entonces empieza a ver al Sr. Darcy con otros ojos. Pero ya es demasiado tarde.
   Al volver a casa intenta contarle a Jane lo ocurrido, pero se da cuenta de que su hermana aún siente algo por el Sr. Bingley y evita la conversación para no hacerle más daño. Sus tíos la invitan a hacer un viaje con ellos, por lo que acepta y, para su sorpresa, acaban visitando la espectacular mansión del Sr. Darcy que está abierta al público que quiera admirar las hermosas esculturas que se encuentran en ella.
   Accidentalmente, Elisabeth se pierde y llega a las estancias privadas en las que se topa por casualidad con el Sr. Darcy, que la saluda cálidamente y ella no puede reprimir su vergüenza al darse cuenta de que ella también se comporta de forma más cercana. A pesar de intentar evitar el contacto entre ambos, el Sr. Darcy la invita a ella y a sus tíos a su casa, en donde les presenta a su hermana pequeña, Georgiana.
   La nube de buen ambiente se disipa al conocerse que la hermana más pequeña de Elisabeth, Lydia, se escapa con el Sr. Wickham, lo que provoca una gran deshonra en toda la familia ya que no están casados y si, además tienen un hijo, sería aún mayor la vergüenza. Al poco tiempo de regresar a su casa, llegan noticias de que Lydia y el Sr. Wickham ya se han casado y les hacen una visita que se hace incómoda para toda la familia.
   Lydia no para de parlotear alocadamente, lo que da lugar a que Elisabeth descubra que el Sr. Wickham accedió a casarse con ella porque el Sr. Darcy pagó los gastos de la boda y además se comprometió en pasarle periódicamente una cantidad de dinero considerable. Elisabeth no puede creer lo que oye, pero lo mantiene en secreto porque así se lo pide Lydia. Se da cuenta de que el Sr. Darcy no era tan arrogante como ella pensaba y podía llegar a ser hasta cortés. Su opinión sobre él cambia totalmente.
   Poco después se presenta en su casa el Sr. Bingley con el Sr. Darcy y, ante la sorpresa de todos, pide la mano de Jane. La felicidad se instala de nuevo en la casa, menos para Elisabeth que comprueba como el Sr. Darcy se marcha sin más. Sin embargo, una visita a media noche sobresalta a todo el mundo. Lady Catherine llega a la casa de los Bennet y viene a pedirle explicaciones a Elisabeth: al parecer su sobrino, el Sr. Darcy, quiere casarse con ella, cosa que quiere que le niegue ella misma.
   La joven consternada no puede más que desmentir el rumor y extrañarse ya que ella no tiene conocimiento de que el Sr. Darcy le propusiera matrimonio formalmente. No puede dormir así que se va a dar un paseo por los alrededores de su casa, cuando de pronto, saliendo de entre la bruma aparece el Sr. Darcy. En su encuentro él le pide nuevamente que se casen y ella acepta.
Escena final con Elizabeth y el Sr. Darcy.
   Como habrán podido comprobar me gusta muchísmo la película y hacer un resumen más pequeño significaría obviar muchos puntos clave de la historia. A pesar de ser una película romántica, y a veces hasta cursi, tiene un desarrollo y evolución de los personajes que me gustó bastante. La ambientación está muy cuidada y la música es bastante apropiada, no puedo sino recomendárselas.
   Sin más que añadir, disfruten y sean felices. Hasta la próxima.

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