sábado, 9 de julio de 2011

Monochrome Factor

   Buenos días ¿Cómo les va todo? Primera entrada de este nuevo mes de julio. Que mejor manera de hacerlo que con la reseña de una anime que acabo de terminar de ver: Monochrome Factor. Para aquellos que no la hayan visto y quieren que no les arruine el argumento, mejor no sigan leyendo.
   Estamos ante una serie de 24 capítulos que podría catalogarse como shonen (anime dirijo a un público masculino, principalmente), con ciertas pinceladas de shonen-ai (que significaría romance o sentimientos de amor entre chicos), pero más bien lo usan para dar toques de humor al argumento. Estamos ante una serie fácil de ver y muy predecible, por lo menos para mí, que llevo desde que tenía 13 años viendo anime. Es una serie dirigida a adolescentes, porque combina las aventuras con las luchas y la acción, en la que nuestro protagonista, Akira Nikaido, un gamberrillo de 16 años, tiene que pelear contra las fuerzas del mal para salvar el mundo.
En primer término Akira, con un par de cuchillos y detrás Shirogane.
   Como buena serie para adolescentes, Akira cuenta con la ayuda de un equipo de amigos de lo más variopinto. Tenemos en primer lugar a Shirogane, personaje que se le aparece a Akira y que proviene del mundo de las sombras, es él quien convierte a Akira en un Shin y le otorga los poderes para luchar. Al parecer Shirogane está enamorado de Akira, de aquí vienen los toques de shonen-ai, y no se corta nada en decirlo públicamente, lo que a Akira no le hace gracia.
   Después tenemos a Kengo Asamura, el mejor amigo de Akira desde la infancia y con el que se mete en peleas y no hace más que vaguear. es algo idiota. También tenemos a Aya Suzuno, compañera y delegada de clase, que no hace más que perseguir a Kengo y a Akira para que no se fuguen o se metan en problemas. Como era de esperar, ambos ayudan a Akira con  los poderes que les otorga Shirogane.
   Después tenemos al resto de personajes que ayudan a la causa pero que son más secundarios, como Shuichi Wagatsuma, dueño de un bar y con la capacidad especial para curar a nuestros protagonistas de sus heridas. Haruka Kujo, niño de 11 años que se une al grupo y, aunque parece de lo más inocente, en realidad esconde un oscuro secreto que se descubre al final y mi favorito, Kouni (o Kou). Atrevido, descarado y algo pervertido es este chico que en realidad, es el último Rey del mundo de la Luz, aparece a partir de la mitad de la serie y es una pena, porque me encanta, entre tanto adolescente un adulto. La verdad es que se agradece, aunque se comporte peor que los protagonistas principales.
   La animación es correcta, con episodios auto conclusivos en el que en cada uno de ellos se muestra la lucha con los esbirros del mal, los kokuchi. Nada destacable en cuanto a la música ni el argumento, como ya dije, es una historia de aventuras muy predecible.
   Investigando un poco descubrí que el manga, que aún se publica en Japón, tiene bastante poco que ver con el anime. Entre algunas cosas destacables decir que la atracción que siente Shirogane en el anime por Akira parce ser que no existe en el manga y que el personaje de Haruka Kujo se creó expresamente para la serie. Curioso.
   En fin, si quieren pasar un rato agradable y reírse un poco con Monochrome Factor lo pueden hacer, pero no esperen mucho más, porque no lo hay.
   Eso es todo por hoy, disculpen si no hago entradas muy amenudo, ya no tengo el tiempo tan ocupado como antes, pero, si soy sincera, no tengo muchas ganas. Ya saben que si lo desean pueden comentar o dar su opinión de lo que escribo, aún nadie se ha animado, aunque me sorprendo porque mi blog lo visita bastante gente y de muy diferentes lugares. Nada más, sean felices y hasta la próxima.

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