Buenos días a todos ¿Cómo
están? Espero que bien, aunque yo por mi parte he de decir que algo triste. Si en mi
última entrada hacía una pequeña advertencia sobre lo que podía suceder con la
aprobación de la Ley SOPA, cuál no sería mi sorpresa al descubrir que el
viernes 20 de enero de 2012 el FBI había censurado Megaupload y el resto de páginas relacionadas con el famoso
servidor.
Un duro mazazo a la libertad en Internet.
Pasados varios días desde entonces se han especulado multitud de versiones
sobre el verdadero cierre del servidor ¿cuál es la verdadera? En mi opinión,
tal vez todas sean ciertas.
Lo
que nadie puede dudar es que Megaupload
está muerto. Millones de archivos se han perdido y aquellas personas que
pagaban por tener su cuenta allí también han perdido el dinero. Un auténtico
caos. Por suerte, no todo está perdido.
Milagrosamente hay más servidores y está, por supuesto, los
programas de intercambio de archivos P2P. ¿Pero quién puede asegurarnos de que no
nos levantemos mañana y hayan acabado con ellos también? Hay una gran
incertidumbre.
El cartel lo dice todo: No perdomanos. No olvidamos. Anonymous. Somos legión. |
Pero como ya dije anteriormente, “no se le
puede poner puertas al campo” y además contamos con la intervención de los hacktivistas del grupo Anonymous que
obviamente no se ha quedado indiferente ante los hechos.
En varios sitios ya se ha empezado a hablar
de La Guerra Digital (World War Web)
y ciertamente creo que estamos en medio de una guerra. Pero ahora en vez de
bombas hay virus que colapsan páginas web, no hay soldados sino hackers y la
verdadera razón que ha iniciado todo este conflicto no es otra que la libertad
en Internet, que incluye el intercambio de información, concretamente el cultural
(películas, música, libros, series, etc.).
Por un lado tenemos discográficas,
editoriales y productoras de cine y televisión junto con políticos contra una
masa indeterminada de personas usuarias del entretenimiento que ellos producen,
pero que lo hacen de la manera en que ellos no quieren, porque les hacen perder
dinero.
Realmente el problema es el dinero. Don Dinero.
Al ver series en casa o escuchar música a través del ordenador no estamos
gastando dinero que pueda beneficiar a las compañías, ese es el quid de la
cuestión.
Entre muchos de los artículos que he leído
estos días sobre el tema (que estoy segura que dará demasiado que hablar)
alguien comentaba que la culpa de lo que estaba sucediendo era de las
industrias que no se habían adaptado a los nuevos tiempos. Y creo que tiene
razón.
Si hubieran estudiado el mercado de una
manera real, ajustándose a la demanda de los consumidores unido a las nuevas
tecnologías más unos precios asequibles y aceptables ni el cine, ni la música,
ni las editoriales habrían perdido dinero. Y los consumidores podríamos seguir
disfrutando de nuestras aficiones favoritas y no hubiera habido ningún
problema.
Hay que ser justos y decir que muchas otras
compañías se han manifestado en contra de la Ley SOPA. Google es una de ellas y
también es un buen ejemplo de lo que trataba de explicar en el párrafo
anterior. Google ha sabido adaptarse a las necesidades de los usuarios y no ha
perdido en ello ni el empeño ni ganancias. Creando el sistema Android tanto para
ordenadores como para móviles de última generación (que cada vez parecen más
ordenadores en miniatura) y tablets han sabido venderlos a industrias como Samsung o Sony para que vendan sus teléfonos con dicho sistema operativo y
los usuarios puedan bajarse aplicaciones desde el fabuloso AndroidMarquekt.
Algunos hay que pagarlos y otros son gratuitos, pero los usuarios han acogido
muy bien el producto.
Pero lo real es que nos encontramos
envueltos en una época de incertidumbre ¿qué pasará con Internet? Quién sabe. Anonymous
lucha a su manera, pero lo cierto, es que es la única manera. Al fin y al cabo
todos los usuarios de la red somos anónimos que nos hemos visto afectados.
En mi caso particular, había comentado que
mi disco duro había empezado a fallar. He perdido cientos de archivos
importantes que ahora debo de volver a buscar por la red para recuperarlos. Lo
que me ha costado, ahora que Megaupload
descansa en paz, una auténtica aventura.
Bienvenidos a La Guerra Digital. Veremos cómo
va evolucionando ¿Quién ganará? ¿Quién perderá? ¿Quién se verá realmente
perjudicado? En mi opinión, con una guerra ambas partes pierden, pero hay una
que pierde más todavía. Ojalá no alcance todo esto una magnitud demasiado
espeluznante.
Lo más triste de todo esto es que Internet y
los “crímenes cibernéticos” estén en el punto de mira y no se preste atención
al mundo real. El mundo entero sumido en crisis, problemas sociales y la
injusticia que hay por doquier no es tan importante como el controlar la red. Antes
de arreglar un problema abstracto
como es el que nos ocupa hay que echar un vistazo a los problemas tangibles que
vivimos día a día.
Con mis mejores deseos para todos los
usuarios anónimos que somos legión me despido por hoy. Un saludo y a disfrutar
de Internet, mientras se pueda.
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